Los proveedores de software han acostumbrado a sus clientes a esperar una hoja de ruta del producto. Estas hojas de ruta muestran cómo el proveedor pretende añadir funciones al producto y cuándo estarán disponibles. Es una lástima que el proveedor no tenga intención de ofrecerle las funciones que necesita cuando las necesita. O que el producto se lance en un momento inoportuno. O que le obliguen a actualizarlo. Son preocupaciones muy reales para nuestros clientes de la administración pública.
Los gobiernos se rigen por presupuestos. Actualizar el software cuesta dinero, por lo que debe planificarse con mucha antelación. Y el software actualizado debe probarse a fondo para que pueda entrar en producción en el siguiente ejercicio fiscal. No todos los ejercicios fiscales son iguales. (Nuestros clientes funcionan con 6 ciclos fiscales diferentes).
He mantenido conversaciones con nuestro Cluster del Gobierno de Canadá y con el Comité Directivo Internacional de FreeBalance (FISC) sobre nuestra hoja de ruta de productos. Nuestra hoja de ruta a corto plazo está impulsada por nuestros compromisos de producto. La hoja de ruta a largo plazo también la marcan los clientes. Consultaremos a nuestros clientes mientras preparamos la hoja de ruta a más de dos años. Tras la reunión del FISC de finales de enero, publicaremos una hoja de ruta actualizada para nuestros clientes.
Las características de la hoja de ruta y el calendario de entrega serán fijados por los clientes. Seguimos dando soporte a versiones anteriores de nuestro software para adaptarnos a los ciclos presupuestarios de los clientes. Es un enfoque diferente, quizá la hoja de ruta menos transitada.