En cualquier organización siempre habrá aspectos que la dirección pueda mejorar. La función pública no es diferente: a lo largo de los años se han implantado diversos sistemas en todo el mundo en un intento de mejorar la eficiencia. Pero, ¿qué funciona y qué no? En esta entrada del blog, echaremos un vistazo a algunos de los éxitos y fracasos de la gestión de la función pública, con el fin de ayudar a los gobiernos a elegir el mejor sistema para sus necesidades.
¿Qué es la gestión de la función pública?
La tecnología de gestión de la función pública es crucial para el funcionamiento de las administraciones públicas modernas. El software de gestión de la función pública de FreeBalance (CSM) ofrece a las administraciones públicas la posibilidad de transformarse digitalmente, proporcionando una plataforma para la gestión salarial y de personal de la función pública, la asignación de recursos y el análisis, entre otras muchas posibilidades. Con esta Planificación de recursos gubernamentales (GRP), las administraciones públicas pueden modernizar sus procesos operativos para seguir siendo competitivas en el cambiante panorama geopolítico. FreeBalance (CSM) Gestión de la Función Pública ofrece una solución integrada de gestión de la función pública que respalda los programas de reforma de la función pública en curso.
Por qué los sistemas tradicionales de recursos humanos no funcionan en la función pública
Los sistemas tradicionales de RRHH no suelen ser adecuados para su uso en la función pública, ya que no se adaptan adecuadamente a las necesidades específicas de la administración. Nómina En la administración pública, las normas son mucho más complejas que en el sector privado, debido a la amplitud de las normas salariales, la planificación presupuestaria y la regulación de los pagos. Los gobiernos también tienen controles de compromiso mucho mayores, lo que significa que un sistema de gestión del capital humano debe tener en cuenta múltiples niveles de complejidad. La necesidad de gestión del personal En las administraciones públicas, la normativa y los convenios se aplican de forma diferente a los de otros sectores.
Ejemplo de fallos del SIRH en la Administración
El fracaso de la Sistema de pago Phoenix y el escándalo que siguió pusieron de manifiesto muchos de los problemas asociados a la implantación de sistemas tradicionales de ERP en la Administración. Se trata de un ejemplo paradigmático de cómo, cuando no se implantan correctamente, los sistemas de gestión de la función pública pueden acarrear problemas de gran alcance, desde pérdidas monetarias a pérdidas de tiempo, pasando por tensiones en la moral y la confianza de los empleados. Más de una cuarta parte de los funcionarios canadienses sufrieron errores en sus nóminas, y algunos incluso pasaron meses sin cobrarlas, ya que el sistema "se ha estropeado repetidamente", según el New York Times informó. El coste total para superar los problemas de ERP puede haber costado tanto como C$2,6 mil millones.
Cómo mejorar la gestión de la función pública
La mejora de la gestión de la función pública es clave para cualquier gobierno. Las facturas salariales suelen suponer el mayor porcentaje de gasto del presupuesto, y esto es especialmente cierto en los países en desarrollo. El control presupuestario de los salarios, la gestión de riesgos y la previsibilidad del gasto, lo que llamamos Gestión de la Función Pública - es, por tanto, fundamental en la administración pública. Esto es especialmente cierto cuando los gobiernos recién elegidos revisan las escalas salariales de los funcionarios y adaptan los mecanismos de pensiones, lo que aumenta los pasivos contingentes por derechos a largo plazo.
Una gestión eficaz de la función pública conduce a la mejora de los servicios públicos, la reducción de la burocracia, una mejor representación de los intereses de los ciudadanos y el uso eficaz de los recursos. La implantación de software como FreeBalance (CSM) Gestión de la Función Pública ayuda a los gobiernos a alcanzar estos objetivos. Al automatizar las tareas rutinarias, el software de gestión de la función pública permite a los funcionarios centrarse en tareas de mayor valor, supervisar el rendimiento de la prestación de servicios y realizar los ajustes necesarios.
Implantación del Sistema de Gestión de la Función Pública
La implantación de un sistema de gestión de la función pública facilita una mayor eficacia organizativa dentro del sector público. Establece un marco eficaz que garantiza la alineación de los objetivos, la mejora del rendimiento y la rendición de cuentas. Además, proporciona un recurso fiable para adaptarse continuamente a las necesidades y circunstancias cambiantes.
Sistemas como FreeBalance's (CSM) Civil Service Management son totalmente integrado con los sistemas presupuestarios y financieros del Gobierno, lo que permite a las partes interesadas hacer un seguimiento de los presupuestos en tiempo real, lo que mejora la transparencia y la eficacia. En última instancia, esto sirve para aumentar el éxito de las iniciativas gubernamentales al tiempo que se mejoran los servicios públicos actuales y futuros.
Adoptar un sistema de gestión de la función pública puede aportar importantes ventajas tanto a los gobiernos como a los ciudadanos y otras partes interesadas.
¿Cómo es una buena gestión de la función pública?
La gestión de la función pública es una parte importante y dinámica de la gobernanza actual. Requiere comprender cómo gestionar eficazmente a los empleados dentro del contexto gubernamental, incluidas sus condiciones de trabajo únicas, paquetes de prestacionesy normativas nacionales y provinciales.
Una buena gestión de la función pública apoya la selección y contratación de personal cualificado para las funciones adecuadas, desarrollando estrategias eficaces de contratación, promoción, gestionar el rendimiento y recompensar la excelencia, así como supervisar programas de formación para el desarrollo profesional. En términos más generales, ayuda a los gobiernos a abordar la diversidad en el lugar de trabajo y a realizar revisiones de las políticas que influyen en el compromiso de los empleados. Una buena gestión de la función pública fomenta un alto rendimiento de los funcionarios, lo que se traduce en mejores servicios para las personas a las que sirven.
Conclusión
La gestión del capital humano es un proceso complejo en cualquier organización, pero resulta especialmente intrincado en la administración pública. Las normas sobre nóminas son más complicadas, con muchas más jerarquías y niveles. La planificación del presupuesto salarial es mucho más importante, ya que alimenta directamente la planificación del presupuesto nacional. La gestión de los pagos también es más compleja, sobre todo en las economías emergentes. Por eso hemos desarrollado nuestro (CSM) Solución de gestión de la función pública para responder a las necesidades específicas de las administraciones públicas.
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